Seguridad Social y Afores

El incremento del ahorro sería una ventaja muy importante, porque al crearse ahorro interno en un país, se incentiva la economía, se crean empleos, etc.

De hecho, parte de la razón por la cual se privatizó el ramo de invalidez, vejez, cesantía y muerte del Seguro Social, sobre todo en lo que se refiere a la parte de cesantía y vejez, fue que a través de las Afores se crearía (como ya se está haciendo) ahorro interno en el país, lo que redundará, eso esperamos todos, en mejores oportunidades de empleo para todos.

Siento que también en este punto hace falta mucho más difusión, además de que por ser muy reciente la modificación a la ley, entiendo que muchas instituciones están todavía pidiendo el permiso o viendo qué mecanismo sería el idóneo para manejar este tipo de fondos personales. Pero es una ventaja que ya existe y que vale la pena aprovechar.

Se trata de un esquema de Seguridad Social que tuvo su origen en Suiza, en el que existen 3 pilares (o niveles) de cobertura, con la forma de una pirámide:

Un primer pilar que cubre a toda la población, pero a un nivel mínimo de subsistencia, y cuyo objetivo es que toda la población cuente con un beneficio básico. Este primer pilar normalmente está financiado por impuestos generales, o especiales.

Arriba de éste, vendría un segundo pilar que buscaría otorgar pensiones complementarias generalmente a los trabajadores, financiado normalmente por contribuciones de éstos y de sus patrones, aunque en un porcentaje mayor por los patrones.

Finalmente, por encima de estos 2 pilares, existe un tercer pilar, que cubre a las personas interesadas en recibir un beneficio adicional, siendo el propio ciudadano quien contribuye con su ahorro voluntario, para gozar en el futuro de una pensión complementaria.

Este tipo de esquemas de Seguridad Social integral, ya existen en los países más desarrollados.

Bueno, realmente el cambio lo veremos, si es que lo llegamos a ver algún día, dentro de más de 20 años, que es cuando las pensiones derivadas de la nueva Ley del IMSS pudieran llegar a ser mayores que las del viejo régimen, el cambio verdadero pienso que lo veremos cuando los jóvenes que se afiliaron al IMSS después de julio de 1997, alcancen su edad de retiro, y ya no teniendo derecho ellos a optar por el beneficio de la ley anterior, empiecen a cobrar una pensión derivada de las aportaciones que hayan efectuado a alguna Afore, menos las comisiones de ésta, más los rendimientos que haya logrado conseguir, y que no sabemos, y nadie puede saberlo, a cuánto ascenderá, pero que a pesar del optimismo de las autoridades y de las mismas Afores, difícilmente podrá ser mayor a la que le hubiera correspondido de acuerdo a la Ley derogada.

Para mi gusto, o más bien disgusto, la gran desventaja del cambio que se dio en el Seguro Social es haber pasado de un esquema de beneficio definido a uno de costo fijo, por la incertidumbre que tiene el trabajador de no saber a cuánto ascenderá su pensión.

Aquí el problema, como generalmente sucede, es de comunicación. Yo creo que hace falta una campaña, ya sea por parte del gobierno o de instituciones como la misma Condusef o la Consar, para crear consciencia en las empresas, y en las personas en general, de las ventajas de ahorrar para su retiro, aprovechando cualquiera de los mecanismos ya existentes, para que realmente existan un segundo y un tercer pilar, tan pobres hoy, y tan necesarios para el bienestar futuro de la población en general, para entonces poder aspirar a tener en un futuro no tan lejano un esquema fortalecido de Seguridad Social, en beneficio de todos.

Los seguros sociales surgieron como tales en Alemania a fines del siglo XIX. Fue el Canciller de Hierro el primero en otorgar este tipo de seguros a ciertos grupos de trabajadores. El término «Seguridad Social» se utiliza cuando la cobertura no se da a un grupo de personas en particular, sino a todo un país, lo cual empezó como idea en Inglaterra a principios del siglo XX.

El principal objetivo de la Seguridad Social es llegar a toda la población, mientras que los seguros sociales son limitados; por ejemplo en México existen el IMSS, el ISSSTE, y otros Institutos, pero entre todos, cubren sólo a alrededor del 50% de la población del país, por lo que no podemos decir que en México tenemos ya un Sistema de Seguridad Social integral, como lo tienen muchos países desarrollados.

La Seguridad Social normalmente se financia con impuestos, que pueden ser generales (para toda la población), o especiales, por ejemplo, al tabaco, a las bebidas alcohólicas, a la gasolina, etc., y la justificación es que la gente que supuestamente va a hacer mayor uso de los servicios médicos, y en general, de los beneficios de la Seguridad Social, es aquella que tendrá complicaciones derivadas del tabaquismo, alcoholismo, accidentes automovilísticos, etcétera. Por otro lado, los seguros sociales normalmente son financiados por aportaciones tripartitas: del patrón, del trabajador y del gobierno, siendo por lo general las del patrón, las más elevadas.

El SAR empezó a operar en 1992 de manera independiente al IMSS, como un ahorro complementario a la pensión del IMSS por vejez o cesantía en edad avanzada, con aportaciones del 2% del sueldo del trabajador.

Cuando se reformó la Ley del Seguro Social, en julio de 1997, lo que era la aportación aislada del SAR se integró al nuevo régimen del IMSS. El ramo de invalidez, vejez, cesantía y muerte (IVCM) de la Ley derogada, en la nueva Ley se dividió en dos: el de invalidez y vida, y el de retiro, cesantía y vejez, y a este último se incorporó la aportación que era del SAR. Las aportaciones al SAR de 92 a 97 las manejan las Afores en una cuenta independiente congelada.

Considero que desde un principio la cuenta del SAR debió haberse incorporado a las aportaciones al IMSS y no manejarse en forma independiente y aislada.

En México, aunque no tenemos aún un esquema definido de Seguridad Social integral, existen algunos aspectos de solidaridad principalmente dentro del IMSS, que podrían indicar que vamos hacia allá, es decir, que el primer paso ya se dio: Aun cuando el Instituto Mexicano del Seguro Social está financiado por aportaciones tripartitas, otorga algunos beneficios a la gente de menos recursos.

Pienso que en un futuro podríamos tener un esquema de Seguridad Social integral, aunque yo diría que falta mucho tiempo, por ejemplo, para poder otorgar beneficios y servicios médicos a toda la población.

El IMSS actualmente cubre a aproximadamente el 45 por ciento de la población; el ISSSTE federal y los ISSSTEs locales atienden otro pequeño porcentaje, y otros seguros sociales como el Instituto de Seguridad social para las Fuerzas Armadas de México (ISSFAM), y el de PEMEX tienen a su cargo asistir a otro pequeño porcentaje, pero todavía existe más de un 30 por ciento de la población que no está cubierta por ninguno de estos Institutos, por lo que habría que replantearnos la manera óptima en que deberían operar en el futuro estos institutos junto con lo parte asistencial, para no duplicar costos y llegar a un mayor número de gente, sin aumentar las cuotas obrero-patronales, de por sí ya muy elevadas, ni los impuestos generales.

Quizá habría que pensar en impuestos especiales, pero insisto, no sin antes hacer una Reforma estructural a todo el sistema tanto de seguridad social como asistencial.

Con la reforma que se dio en el ramo de IVCM en julio de 1997, simplemente se encareció el esquema al manejarse ahora cuentas individuales, principalmente por el elevadísimo costo que implica la suscripción individual, innecesaria, a mi modo de ver, para toda la población de más de 45 años de edad, ya que da lo mismo la Afore que eligieran, el beneficio que recibirían en cualquier caso sería menor al que les daba la Ley anterior y al cual tienen derecho.

El IMSS ya estaba quebrado, y la reforma mencionada no dio una solución a este problema, pero el gobierno es su aval, y con éste, pienso que el IMSS nunca dejará de cumplir con los compromisos de pago que tiene. Ya nos pasará la cuenta a toda la población cobrándonos más impuestos.

Más bien, la pregunta debería ser al revés: si el seguro de desempleo forma parte de la Seguridad Social integral.

Como ya comenté, los seguros sociales tienen limitaciones, ya que sólo amparan a ciertos grupos de personas o a algunos sectores de la población; además, cubren sólo algunos riesgos; por ejemplo, otorgan pensiones por invalidez, por viudez, por orfandad, por vejez, pero generalmente no por desempleo, mientras que la seguridad social integral generalmente sí lo incluye.

Sin embargo en México, aunque no existe como tal un seguro de desempleo, el pago de la indemnización legal que tiene que hacer un patrón a un trabajador si quiere separarlo (de la empresa) sin una causa justificada, hace las veces de un seguro de desempleo.